Comos sabes, querido Pentente, mi vida actual transcurre alejada de las "salsas" de proyección, tanto que se podría decir que este nuevo cuaderno tuyo es mi única relación con el arte vicario, pero Rohmer me lo se de carrerilla y me gusta, asi que yo tampoco comparto la butifarra de descalificaciones del artículo. Me gusta más que Truffaut y que Godard. En cuanto a lo de los diálogos imposibles, ya Lautréamont hablaba de un encuentro fortuito entre un paraguas y una máquina de coser sobre una mesa de disección, solo que entonces no había yutube
a más de uno le va a parecer muy gordo, eso de que te guste más que Truffaut y Godard, pero yo también prefiero a Rohmer que a Truffaut, que sin quererlo acaba por representar ese ansia de revolución cinéfila que al final se queda en un romanticismo burgués. no digo que no me gusten sus fundamentos, y creo que era un gran tipo, pero -no sé qué hizo mal- la historia le está comprendiendo muy mal.
Comos sabes, querido Pentente, mi vida actual transcurre alejada de las "salsas" de proyección, tanto que se podría decir que este nuevo cuaderno tuyo es mi única relación con el arte vicario, pero Rohmer me lo se de carrerilla y me gusta, asi que yo tampoco comparto la butifarra de descalificaciones del artículo. Me gusta más que Truffaut y que Godard.
ResponderEliminarEn cuanto a lo de los diálogos imposibles, ya Lautréamont hablaba de un encuentro fortuito entre un paraguas y una máquina de coser sobre una mesa de disección, solo que entonces no había yutube
a más de uno le va a parecer muy gordo, eso de que te guste más que Truffaut y Godard, pero yo también prefiero a Rohmer que a Truffaut, que sin quererlo acaba por representar ese ansia de revolución cinéfila que al final se queda en un romanticismo burgués. no digo que no me gusten sus fundamentos, y creo que era un gran tipo, pero -no sé qué hizo mal- la historia le está comprendiendo muy mal.
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