viernes, 3 de diciembre de 2010

No cambies nada (1)

Esta mañana, terminando el libro Jean-Luc Godard. Pensar entre imágenes (Genèric, 2010), que recoge pensamientos del autor desde el principio de su carrera y hasta la culminación de Film Socialisme (2010), me he dado cuenta de siempre he estado equivocado. Ha sido una revelación bastante estúpida: una frase que siempre había pensado de Godard resulta ser de Bresson. "Ne change rien pour que toit soit différent". Alrededor de esa frase he creído pensar mucho, sobre todo en comparación con aquella otra de El gatopardo, de la que deriva: "Hay que cambiarlo todo para que nada cambie". Me equivocaba y ahora no consigo encontrar el lugar donde se acumulan los errores. Quizás esté embrutecido, pero por lo pronto prefiero pensar que no importa, que más allá de quién la dijera, esa frase es la exégesis de un pensamiento mayor, mucho mayor que sus autores. Siempre se cita aquella otra de Adorno sobre Auschwitz como conformadora de un pensamiento artístico posterior a las Guerras Mundiales y que llega hasta nuestros días. "Escribir poesía después de Auschwitz es un acto de barbarie", o, en su forma más refinada, "No se puede escribir poesía después de Auschwitz". A mí siempre me ha parecido una frase inmunda, más allá de matices, profundamente injusta, justamente porque anula el poder de la crueldad. "No cambies nada para que todo sea diferente" me parece, en comparación, una frase mucho más noble y hermosa, una frase en la acción, y no en la negación. No hace falta anular nada para dar sentido al mundo. Más allá de la barbarie, nosotros le damos sentido.

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