Un primer apunte sobre 2010

No diré nada nuevo. 2010 ha sido un buen año de estrenos, aunque queden muchas cosas por llegar. Además de los estrenos, ha sido el año en que la crítica se ha reconciliado con el riesgo en un estrato bien visible (Cannes). Ha sido el año de la recuperación de Val del Omar, que desaparecía al ritmo en que parece desaparecer todo el cine español de la dictadura. Si el 2009 terminaba con la muerte de Zulueta, 2010 ha dejado también varias faltas enormes. Prefiero no pensar qué pueden evidenciar y me atrevo a afirmar, en cambio, que el futuro del cine es cambiante pero está asegurado. Este cambio se ha visto muy bien reflejado en las últimas producciones de interés: la influencia de Internet, el cambio en las relaciones sociales y en la configuración de un mundo cuya ideología ya no es la misma que hace veinte años, ni siquiera la misma que provocó el 11-S. Nos enfrentamos a un mundo nuevo, y por tanto a un cine nuevo. La tecnología parece luchar más que nunca con el pensamiento, y habrá que buscar su reconciliación. Todo cambia, y eso debería ser bueno. Una lista de los grandes estrenos de este año (siempre sin cerrar, por supuesto) contendría:

Uncle Boonmee who can recall his past lives (Apichatpong Weerasethakul, 2010).

The Social Network (David Fincher, 2010).

Film Socialisme (Jean-Luc Godard, 2010).

Copie conforme (Abbas Kiarostami, 2010)

Two lovers (James Gray, 2008)

Ne change rien (Pedro Costa, 2009)

Fantastic Mr. Fox (Wes Anderson, 2009)

Vincere (Marco Bellochio, 2009)

Nausicäa (Hayao Miyazaki, 1984)