lunes, 22 de marzo de 2010

Cherry, Harry & Rachel (Russ Meyer, 1970)



"No me gusta que las mujeres se manoseen, no es americano."


Y ha tenido que ser Russ Meyer quien me salve de la pedantería hortera de Kim Ki-duk. Como de costumbre, Cherry, Harry & Rachel es una desacomplejada y contradictoria fábula sexual que ya se anuncia en el cartel con una sentencia que lo deja todo claro: “…ménage a trois! Imagina las posibilidades…” Por supuesto, la cosa no es tan simple. Russ Meyer será todo lo descreído que se quiera, pero sus películas no son fáciles, como no lo es nunca el cine primitivo. En su simplificación de personajes, en sus moralinas, en su sexploitation más radical esconde imágenes de una complejidad aplastante, juegos de montaje de esos que tan bien copia Tarantino y que enseñan una esencia bruta del cinematógrafo. El desarrollo de la historia es chispeante, y hay uno de los juegos más sorprendentes que he visto nunca en el sexploitation: a través del montaje, Meyer intercala surrealistas imágenes de mujeres desnudas que a veces parecen compararse con las acciones de los protagonistas y a veces no, pero de las que puede concluirse que todo, en la visión demoledora de Russ Meyer, es comparable a un cuerpo desnudo de mujer.





2 comentarios:

  1. "Welcome to violence" De las imagenes, por supuesto. Creo que en la frase con que clausuras este artículo reside la clave del cine del maestro meyer.
    Mi favorita es "Mondo Topless"

    Saludos.

    ResponderEliminar
  2. Fascinante. Ya era hora de que te dejaras de Kim Ki-Duk y mariconadas semejantes... Me maravilla el fotograma de "los pezones son el camino".

    ResponderEliminar

¿cuánto has tenido que andar hasta aquí?