lunes, 6 de diciembre de 2010

No cambies nada (2)

Anoche, con mi padre, hice sesión doble en el sillón. Sin pensarlo, vimos las dos películas de la programación nocturna de la 1. La primera fue Leones por corderos (Robert Redford, 2007), un infumable panfleto contra la Administración Bush, dentro de ese cine pánfilo americano posterior al 11-S, con demasiado buenas intenciones. Sigo pensando que las mejores reflexiones sobre la Guerra de Irak y la Política del Terror americana de la década han salido del trabajo sobre el género: The host (Bong Joon-Ho, 2006), Ingorious Basterds (Tarantino, 2009) o La guerra de los mundos (Spielberg, 2005) son visiones mucho más arriesgadas que la de Redford, también más sutiles y efectivas. Por suerte, la segunda película de la programación nocturna de la 1 fue Bats (Louis Morneau, 1999), una Bis sin fisuras, uno de esos refritos cuya lógica radica en su mera existencia, y en que todo es posible porque siempre queda, al final del guión, la posibilidad de una enorme explosión (en sentido literal) que termine con todo. Al menos, el resultado técnico de una producción que alquila un helicóptero y tiene que sacarlo diez veces en escena para rentabilizar a base de golpes de efecto, una producción que se permite representaciones ridículas con tal de huir del píxel, necesita de una cierta audacia que no requiere la crítica social directa, que lanza al espectador un "estás conmigo o estás contra mí". La dialéctica embaucadora de un filme que trata justamente de reflexionar sobre el choque de la realidad y su retransmisión, es despreciable. Veo más compromiso en la falta absoluta de medios y de talento de Morneau, tratando de levantar desesperadamente este Bis gratuito de murciélagos asesinos que, a pesar de todo, no puede evitar sacar del espectador un grito de asombro cada cinco minutos de metraje, precisamente porque no le debe nada a nadie y su frescura y su cutrez terminan por confundirse.

1 comentario:

  1. No he visto ninguna de las dos, pero me habría gustado mucho haber ocupado una butaca de patio junto a tan prestigiosos espectadores.

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¿cuánto has tenido que andar hasta aquí?